17 de noviembre de 2011

ANTONY DE MELLO 2

"La mayoría de las personas permanecen presas en las imágenes que han hecho de Dios. Ése es el mayor obstáculo para llegar a Él".

"Dios es la Verdad,
la Felicidad y
la Realidad, y
Él es la Fuente, dispuesta siempre, para llenarnos en la medida en que, libremente, nos abramos a El".

"El presente es la vida, y sólo allí están Dios y la eternidad. Por ello hay que vivir despierto, vigilante, para no perderte nada de ella".

"Si no te aferras a ningún concepto, cosa o ideología, te será fácil descubrir en seguida dónde están la verdad y la realidad, que es la voluntad de Dios escrita en la vida".

"La religión puede ser de gran ayuda mientras no la hagas más importante que Jesucristo".

"Espiritualidad es estar despierto. Desprenderse de las ilusiones.
Espiritualidad es nunca estar a merced de acontecimientos, cosa o persona alguna.
Espiritualidad es haber hallado la mina de diamantes dentro de ti".

Tú no necesitas un libro mágico, un gurú carismático, rituales primitivos. Sólo necesitas tus cinco sentidos. Obsérvate a ti mismo, tu cuerpo y tu mente. En ellos encontrarás todo lo necesario, además de los recursos que Dios te dio".


"Nuestra inteligencia tiene una parte conceptual y otra no con¬ceptual. ¿Qué es el misticismo? Una unión. La parte no conceptual está confinada de tal modo dentro de la parte conceptual que ésta debe abrirse para percibir la "intuición del ser".

"Cuando despertamos de nuestro sueño y vemos la realidad tal cual es, nuestra inseguridad termina y desaparecen los miedos, porque la realidad es y nada la cambia".

"Prefieres volver al nido antes que volar porque tienes miedo, y el miedo es algo conocido y la felicidad no.
Hace falta despertar".

"Nosotros huimos de los enfados porque provocan nuestros miedos y, a la vez, nos ponen violentos. Nos asustamos de la agresividad porque despierta nuestra propia agresividad. Nos defendemos no por justicia, sino por miedos".

"Di al miedo: "Entiendo por qué estás aquí. Pero confío en Dios."
Y si encuentras en el corazón que puedes hacerlo, agradece previamente por las consecuencias. Eso será de gran ayuda.

Agradece a Dios por todo lo que sucederá.

Tenemos que hacer lo que Jesús hizo:

Enfrentar el miedo y
hablar con él como si fuese una persona.
Amablemente, sin violencia,
porque el miedo está dentro de nosotros,
disfrazado de prevención.

"Imagina que Jesucristo está aquí frente a ti y te dirige estas palabras: "No tengas miedo, soy yo mismo." No digas nada, no respondas. Deja que las palabras reverberen en tu corazón, deja que ellas movilicen todo tu ser. Y cuando no puedas ya contenerte, reacciona, y da tu respuesta".

"Analiza sinceramente, sosegadamente, cuáles son tus cárceles imaginarias y el porqué de tus miedos".

"Liberarte del odio es lo mismo que liberarte de tu miedo,
pues el miedo es lo que produce el odio.
Y si el miedo es por ti mismo,
es que te estás odiando, y
si anida el odio en ti,
odiarás a todo el mundo".

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